Camine molido en el tiempo, y divido entre enemigos....
Peleando, luchando sin parar, escenario de una guerra interminable.
Fragmentos separados, reflejos oponiendose entre sí; bandos divididos....
El clamor de la guerra incitaba mi sangre a la batalla...
Con desesperación en una colina de soledad abismal.
La oposición no tuvo demora, heroes y corruptos lucharon...
E incontables rostros fueron enterrados en las arenas del tiempo...
Por un sin fin de batallas el campo fue desquebrajado,
y los guerreros enterrados y poco a poco olvidados...
Sus rostros, sus esencias, todo desapareció en la muerte,
Pulverizado por el tiempo todo recuerdo de ayeres.
Sin embargo, gracias a una enorme luz, cegadora, cálida y hermosa.
Sus almas hirvieron hasta convertirse en llamas celestiales,
y sus cuerpos transmutaron en fulgoricos cristales.
y sus cuerpos transmutaron en fulgoricos cristales.
Derretidos y entremezclados, los entes del pasado.
De pronto no quedo rastro de la guerra, y todo se hizo uno.
Las ánimas resucitadas formaron parte de un mismo ser.
y el terreno desquebrajado fue sellado por los cristales,
Dándole una nueva vida al campo de la muerte.
Un hombre recuperó su mente dividida, y volvió a ser una misma.
La unidad forzó sus latidos, y su alma consolidada regresó a la vida.
La guerra interna terminó y reinó la paz entre lo que era uno desde el principio.
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